viernes, 17 de agosto de 2012

PREFACIO, CANTOS 1 Y 2 DE ALTAZOR DE VICENTE HUIDOBRO


-El título tiene un alto contenido lúdico. "Altazor" es un neologismo que resulta de la unión de "alto" y "azor" (ave de rapiña). Pero también se observa que el vocablo "azor" remite al término "azar", que se asocia con la noción lúdica de literatura que prima en el contexto vanguardista.

A)Prefacio

-El nacimiento del locutor personaje se liga con un día importante en la cultura occidental: la fecha de la muerte de Cristo.
-El poeta asevera que se debe escribir en una lengua que no sea materna para manifestar una óptica cosmopolita.
-Hay la noción de romper con la lógica formal de índole matemática: "Los cuatro puntos cardinales son tres: el Sur y el Norte". Aquí se observa la idea de quebrar la concepción matemática de equivalencia para acceder a una racionalidad lúica.
-Comienza la metáfora de la caída: "Hemos saltado del vientre de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo".

B)CANTO 1

-Hay influencia de la filosofía de Nietzsche: "No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni/ belleza". Es decir, estamos más allá del bien y del mal.
-Se crítica al cristianismo; es más, se busca desmitificar los principales aportes de aquel: "Abrí los ojos en el siglo/ En que moría el cristianismo".
-En lo que respecta al contexto se recrea imaginariamante el contexto posterior a la Primera Guerra Mundial: "Soy yo que estoy hablando en este año mde 1919/ Es el invierno/ Ya la Europa enterró a sus muertos".
-Hay una crítica al hombre-hormiga, vale decir, al hombre masificado: "Habrá ciudades grandes como un país/ Gigantescas ciudades del porvenir/ En donde el hombre-hormiga será una cifra".
-Al final aparece una cosmogonía vegetal: un sistema de formación del universo basado en el funcionamiento de un árbol como poste cósmico de ordenación del mundo (Eliade): "la tierra acaba de alumbrar un árbol".

C)CANTO 2

-La mujer es vista como la poesía y se asocia con el mundo aéreo.
-Hay la noción de coser por la misma estrella. El locutor personaje y la mujer-poesía están unidos a través del tejido textual.
-Se vuelve al lenguaje de la semilla, a la regeneración del cosmos.

miércoles, 15 de agosto de 2012

RASGOS DEL VANGUARDISMO POÉTICO


Las principales características del vanguardismo poético son:

1)Fragmentarismo: en el poema modernista no se cuestiona la noción de totalidad; en cambio, en el poema surrrealista o futurista o ultraísta, el fragmento parece emanciparse de la totalidad. Cada verso parece tener independencia respecto del conjunto. Una idea se desarrolla en dos versos y luego se pasa, abruptamente, a otra idea que no tiene conexión con la anterior. Nietzsche es un antecedente, pues sus libros son un racimo de fragmentos;

2)Influencia de Friedrich Nietzsche: el filósofo alemán plantea que no podemos salir de las metáforas. Hay aquí una crítica del paradigma positivista y del racionalismo occidental;

3)Influencia de Sigmund Freud: el creador del psicoanálisis puso de relieve un método para abordar los sueños y los actos fallidos del sujeto. Es decir, le dio un papel fundamental al lenguaje. No se puede entender el surrealismo sin Freud porque el método de la asociación libre es un antecedente de la técnica de la escritura automática, propugnada por los surrealistas.

4)Crítica radical del positivismo: los positivistas decimónicos creían ciegamente en la ciencia; en cambio, los vanguardistas desconfían del discurso científico: los surrealistas creen que la ciencias se equivocó totalmente. Por su parte, los futuristas ven solo el lado lúdico del maquinismo. En contraposición a la ciencia, los vanguardistas revaloraran los discursos del ebrio, del loco y del niño porque poseen otra lógica y son ostensible manifestación de libertad. No hay que olvidar que en el siglo XX le asigna un papel fundamental a la subjetividad en el proceso de conocimiento desde el punto de la vista de la ciencia.

5)Experimentación formal: los vanguardistas son poetas de ruptura y hacen poemas experimentales que buscan cuestionar la lírica tradicional. Experimentan con el lenguaje hasta límites insospechados.

6)El papel de lo lúdico: el juego cumple un rol esencial en esta poesía, pues permite que la comunicación entre emisor y receptor sea más fluida y se elimine toda posible imposición de ideas por parte del emisor. La lectura de un poema, para los surrealistas y creacionistas, debiera considerarse un acto lúdico; pues el receptor tendría que utilizar su imaginación y capacidad lúdica para comprender cabalamente el sentido del texto;

7)Dimensión espacial del poema: el caligrama es un tipo de poema, practicado por Apollinaire y Huidobro, donde se observa la construcción de una figura a partir de la orquestación de las palabras. El poeta vanguardista aprovecha el escandido de los versos para sugerir determinada atmósfera. "La paloma apuñalada en el surtidor" de Guillaume Apollinaire revela una crítica de la atmósfera bélica a partir del uso de la paloma como imagen.

8)Interrrelación de las artes: el cine surge como arte en las últimas décadas del siglo XIX y produce un cambio esencial en la manera de convebir el arte. Tenemos un libro-objeto como 5 metros de poemas. También la noción de montaje esencial en el cine cumple un papel fundamental en el poema vanguardista, pues el poeta emplea materiales de diversa naturaleza y realiza una especie de collage en la página en blanco. Recordemos la "escultura de palabras" del neovanguardista Eielson como una manifestación evidente de la interrelación de las artes.


domingo, 12 de agosto de 2012

EL MODERNISMO DE RUBÉN DARÍO


Las principales características del modernismo poético hispanoamericano son:

1)El isocronismo: antes del modernismo, las escuelas literarias europeas llegaban como frutos tardíos a Hispanoamérica. El romanticismo hispanoamericano, por ejemplo, es tardío respecto del alemán o el francés. A partir del modernismo, según Ángel Rama, la innovación artística en Hispanoamérica seguirá muy cerca a la europea. Es decir, se produce la transformación poética casi en el mismo momento. Por ejemplo, Azul se publica en 1888 mientras que el manifiesto simbolista de Jean Moréas se da a conocer en 1886. Trilce de Vallejo y El Ulises de Joyce se publican en el mismo año: 1922.
2)La especialización del poeta en Hispanoamérica: Darío se comporta como un especialista que sabe de estrofas, ritmos, rimas, etc. Antes del modernismo, no había una preocupación obsesiva pror la perfección formal. González Prada, en el Perú, es parangonable a darío porque concibió su Ortometría, un tratado de métrica donde estudia las formas estróficas francesas. Estas son practicadas por el propio González Prada en su poesía;
3)Cosmopolitismo: la poesía modernista es de temple urbano y revela cómo la ciudad es vista como una metáfora de la modernización capitalista.
4)Preciosismo: el virtuosismo formal hace que los temas y sentimientos disfóricos se "suavicen" merced a un manejo de la eufonía y del trabajo con el verso;
5)Exotismo: hay referencias a las culturas japonesa y china en la poesía de Darío; pero se trata de un elemento asimilado de manera algo artificiosa porque el poeta nicaragüense no se nutre de la cosmovisión china o japonesa. Se trata de alusiones eminentes exóticas para sorprender al lector.

viernes, 10 de agosto de 2012

LA SÉPTIMA CARACTERÍSTICA DE LA POESÍA MODERNA



El séptimo rasgo de la poesía moderna
es que el poeta formula la poética de la obra abierta (sustentada teóricamente por Umberto Eco[1]). Es decir, el poema se torna en un objeto inacabado, abierto a múltiples interpretaciones, no controladas por el autor. Es como si fuera una partitura que debiera ser ejecutada por el receptor. La poesía moderna (a partir de Charles Baudelaire y de Walt Whitman) crea esa partitura y deja al lector la posibilidad de que la ejecute con la mayor libertad posible.

En la literatura medieval y en la renacentista la poética de la obra abierta no aparecía de manera clara. En la Comedia de Dante la estructura tripartita (Infierno, Purgatorio y Paraíso) responde a un modelo teológico rígido que reduce, en cierto modo, las posibilidades de exégesis. No es posible imaginar que el infierno sea el paraíso porque ello significaría quebrar el sistema de la institución medieval que subyace al texto de Dante.

En la poesía renacentista de Garcilaso de la Vega o en la ascética de Fray Luis de León, la recurrencia a ciertos tópicos horacianos (como el carpe diem o el beatus ille) hace que el discurso poético se interprete sobre la base del modelo previamente fijado por la tradición. Si el poeta aborda el carpe diem, entonces el lector tiene que realizar la exégesis del poema poniendo de relieve la noción de la vida fugaz, la cual debiera ser disfrutada por el individuo. Si se desarrolla el beatus ille, entonces se trata de un alejarse del “mundanal ruido” con el fin de cultivar ciertos valores espirituales.

Desde el Barroco comienzan a manifestarse (según Eco) algunos rasgos de la poética de la obra abierta aunque no de manera consciente. Indudablemente, la arquitectura, la novela y la poesía barrocas son un estímulo al empleo de la imaginación por parte del receptor. Las Soledades de Góngora, con su habitual hermetismo, abre una ingente cantidad de posibilidades interpretativas. El empleo de las antítesis en los sonetos conceptistas de Quevedo constituye una invitación al uso de la fantasía en el proceso de interpretación.

Sin embargo, es a partir del Simbolismo francés en el siglo XIX (parangonable al Impresionismo pictórico de Monet y Renoir) cuando la poética de la obra abierta es asumida con plena madurez. Paul Verlaine decía que la música era lo primero en un poema porque abría múltiples posibilidades de interpretación. Stéphane Mallarmé afirmaba que el poeta debía sugerir y no explicar el sentido del poema. En la idea de sugerencia está implícito el concepto de que el lector debiera completar, con su imaginación, el sentido que el autor apenas ha esbozado.

NOTAS
[1] Cf. Umberto Eco. Obra abierta. México, Ed. Origen/Planeta, 1985.

miércoles, 8 de agosto de 2012

LA SEXTA CARACTERÍSTICA DE LA POESÍA MODERNA





La sexta característica de la poesía moderna está tomada de un libro clásico sobre el tema: La estructura de la lírica moderna de Hugo Friedrich. Se trata del fenómeno denominado disonancia. ¿En que consiste? El poema tiende a producir en el lector una suerte de “hechizo” unido a una sensación de ininteligibilidad o de incomprensibilidad. Es decir, el receptor se identifica afectivamente con el mensaje que ha esbozado el poeta, pero no puede descifrar con precisión el sentido que se desprende de los versos. Un ejemplo clave está en Trilce XXV:
Alfan alfiles a adherirse
a las junturas, al fondo, a los testuces,
al sobrelecho de los numeradores a pie
(1).

Obviamente, el poema de César Vallejo hiere la sensibilidad al lector, lo “hechiza” debido a la hiriente potencia que manifiesta la asociación de fonemas y significados; mas el receptor está en dificultades para precisar el significado del texto.


También en la poesía de Stéphane Mallarmé se percibe ese fenómeno. Las palabras “atrapan” al lector, pero exigen de este una ardua imaginación para reconstruir el hilo significativo del discurso poético. Lo que sucede es que el poeta moderno (por ejemplo, T. S. Eliot en Tierra baldía) tiende a crear su propia simbología; en cambio, un poeta renacentista como Garcilaso de la Vega toma sus tópicos de la antigüedad grecolatina (el carpe diem, por ejemplo) y permite que el lector pueda desambiguar el sentido del mensaje.
Indudablemente, hay antecedentes de la disonancia en la poesía barroca de Góngora, pero en la lírica moderna (a partir de Charles Baudelaire) la mezcla de “hechizo” e incomprensibilidad se intensifica y hace del acto de leer un poema un acto esencialmente creativo.
NOTAS
(1)El verbo "alfar" significa, según el diccionario de la Real Academia Española, "levantar demasiado el caballo el cuarto delantero, en los galopes u otro ejercicio violento, sin doblar los corvejones ni bajar las ancas".

lunes, 6 de agosto de 2012

LA QUINTA CARACTERÍSTICA DE LA POESÍA MODERNA



El quinto rasgo de la poesía moderna es que en ella hay la tendencia a un cruce de géneros. En la Poética de Aristóteles se distinguían, fundamentalmente, tres géneros: la tragedia, la comedia y la épica. No hay un espacio considerable dedicado a la lírica. Para Aristóteles, no era pertinente el cruce de los tipos discursivos, es decir, en la comedia hablaba la gente del pueblo; en cambio, en la tragedia se expresaban los individuos de la aristocracia.

En la poesía moderna, por el contrario, suele observarse una vocación anti aristotélica, pues vemos caligramas (poemas que dibujan una figura como una manzana), donde observamos una mixtura entre la plástica y la poesía. También constatamos el funcionamiento de poemas teatrales, donde los personajes suelen dar parlamentos, hecho que se evidencia en “El momento más grave de mi vida” de César Vallejo o Coros de “La piedra” de T. S. Eliot.

Asimismo, en la lírica moderna se manifiesta un lirismo prosaísta, por ejemplo, en la obra de Ernesto Cardenal (los Salmos, por ejemplo), donde se realiza un proceso de secularización (los valores religiosos son vistos como terrenales) a través de una escritura cercana a la denuncia política con el fin de concientizar al lector para que asuma una determinada posición ideológica.

También, en la modernidad, se practica una poesía que une la épica a la lírica: me refiero al Canto general de Pablo Neruda, estructurado en series y que busca –a la manera de un poeta épico moderno—recrear la historia del continente latinoamericano. Por último, en la poesía imaginista de Ezra Pound y en Tierra baldía de T.S. Eliot hablan varias voces: una estructura coloquial convive con la cita erudita o con una ideograma (en el caso de Pound) en chino.

Lo anteriormente manifestado es una muestra más de la heterogeneidad discursiva que prepondera en la poesía moderna y que, de alguna manera, remite a la tradición romántica. No debemos olvidar que Víctor Hugo propugnaba, en el prólogo a Cromwell (1827), que lo grotesco (“la comedia fundida en la tragedia”
[1] o la mezcla de diversos tipos discursivos) era el rasgo fundamental de la modernidad.




NOTAS [2] Víctor Hugo. Manifiesto romántico. Barcelona, Ed. Península, 1971, p. 47.

jueves, 5 de julio de 2012

LA CUARTA CARACTERÍSTICA DE LA POESÍA MODERNA



El cuarto rasgo de la poesía moderna es que el poeta se convierte en un especialista
y ello es manifestación del proceso de especialización que impera en la modernidad. En efecto, el poeta se vuelve en un experto en el ritmo y en los distintos tipos de estrofa. Indudablemente, hay antecedentes en la tradición poética, sobre todo en la poesía barroca: Góngora y Quevedo también eran muy conscientes de que eran conocedores de los mecanismos de elaboración de un poema.
En la modernidad hay un rasgo distintivo de la especialización del artista, pues esta se vincula fuertemente al concepto de innovación y de conciencia crítica. El poeta se aleja críticamente del orden establecido y establece los confines de su arte separado del mundo oficial. En general, ya no vive de los mecenas y busca la innovación formal como parte de su labor como escritor. Ello le da más libertad para ejercer la crítica a partir de un conocimiento profundo de los mecanismos del arte literario.
Por ejemplo, Stéphane Mallarmé evidencia un laboratorio lingüístico y un fuerte dominio de los encabalgamientos y de la polisemia lexical. Esta particularidad manifiesta una búsqueda permanente de nuevas estructuras y un cuestionamiento del lenguaje establecido.
Rubén Darío significa –como bien lo ha mostrado Ángel Rama[1]— el predominio de la concepción de que la poesía era un conjunto de ritmos, de metros y de acentos. Antes de Darío, en Latinoamérica, el poeta cumplía diversas funciones y no tenía el grado de especialización que aparece con el Modernismo.
En el Perú, Manuel González Prada es uno de los primeros casos dignos de relieve, pues estudió la métrica francesa en su Ortometría; luego, en Minúsculas, pasó a utilizar los tipos de metros que había estudiado previamente. Ejemplo indiscutible de ese proceso de especialización del artista.
Dicha particularidad se revela, asimismo, en la manera como el poeta moderno estructura el poemario como unidad textual. Sabemos que Baudelaire hizo cambios en Las flores del mal de la primera edición a la segunda, varió la disposición de los poemas; además, agregó la sección “Cuadros parisinos” en la segunda edición. Baudelaire anhelaba que el lector apreciara las relaciones entre las diversas partes del poemario y viera al poeta como un especialista en su arte.

NOTAS
[1] Cf. Rama, Ángel. Rubén Darío y el modernismo: circunstancia socio-económica de un arte americano. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1970.